Esta instancia es muy importante y vivencial para la vida del grupo. La oración se presenta como un diálogo entre Dios y nosotros, como un espacio de encuentro, donde crece nuestra amistad y confianza con Él.
El canto es uno de los recursos más efectivos para lograr el clima propicio entre los más chiquitos; a través del mismo vamos introducciendo el silencio y captando la atención de aquellos niños que les cuesta lograr la concentración necesaria para este momento.